REPTILES Y ANFIBIOS
Desde las inmensidades heladas a los áridos desiertos, los reptiles y los anfibios han usado su antiguo diseño corporal de sangre fría, junto a las sofisticadas innovaciones de comportamiento, para dominar los medioambientes más rigurosos del planeta. Utilizando sus implacables habilidades de caza, un camuflaje extraordinario, astucia y resistencia física total y absoluta, prosperan allí donde los mamíferos y las aves temen caminar.
Observa a los dragones de Komodo cazando búfalos, a las venenosas serpientes marinas que crecen en cuevas, a los sapos que realizan saltos aparentemente suicidas, a los lagartos que pueden caminar sobre el agua y a la tierna rana toro gigante de África, que cava canales de agua para salvar no solamente a sus crías, sino también a las de los demás.
Los reptiles y los anfibios pueden parecer vestigios del pasado, luchando para lidiar con el mundo natural actual. Sin embargo, esta serie revela cómo estos animales superan sus deficiencias logrando un gran éxito a través de trucos y estrategias extraordinarias.
Un sapo de movimientos muy lentos, de únicamente 25 mm de largo, con una habilidad de salto que no supera los 25 mm, podría ser una prueba viviente de que para este grupo es muy difícil seguir adelante. Sin embargo, cuando de repente aparece una tarántula depredadora, el sapito rugoso del Kukenan, oriundo del Monte Roraima de Venezuela, encoge sus patas para bajar por las rocas rebotando como una pelota de goma. De esta manera, la tarántula queda atrás, mientras el anfibio aterriza sano y salvo en la parte de abajo. Es un animal tan pequeño y liviano, que su truco le permite no hacerse daño.
El lagarto Jesucristo de América Central se puede mover con mucha rapidez, aunque un ave depredadora también puede ser tan rápida como él. La única forma de que el lagarto escape de una cacería consiste en engañar al pájaro, enviándolo en la dirección equivocada para ganar unos cuantos segundos adicionales.
Vive al lado de los ríos y en lugar de correr hacia los bosques como cualquier depredador podría esperar, se dirige en dirección opuesta hacia el agua. Esta especie de lagarto es capaz de pedalear con sus patas traseras con tanta rapidez, que sólo se hunde unos cuantos centímetros en el agua mientras cruza la superficie. Un ser humano necesitaría correr a 100 kilómetros por hora para lograr la misma hazaña.
La reproducción se convierte en un momento vulnerable para cualquier serpiente, especialmente para la serpiente marina niuana. Las hembras de esta especie deben abandonar el agua para desovar en tierra, donde el reptil y sus huevos son más vulnerables. Para resolver este problema, la serpiente ha encontrado una solución única: se sumerge y nada en un túnel submarino hacia una caverna llena de aire que se encuentra en un extremo alejado. Sellada del mundo exterior, la caverna es totalmente segura.
Los camaleones, por su parte, son tan lentos que no tienen la posibilidad de correr hacia sus presas. Sin embargo, son uno de los depredadores más efectivos del mundo de los reptiles. Luego de sentarse y esperar pacientemente a que se acerque la presa, disparan hacia ella una enorme lengua propulsada muscularmente. Las imágenes en cámara lenta revelan que su vista es tan aguda que puede disparar con una presición casi absoluta, agarrando a su presa por la cabeza en prácticamente cada intento.
Por primera vez en televisión, VIDA muestra cómo uno de los reptiles más grandes de la tierra, el dragón de Komodo que mide 2,70 metros, utiliza una técnica única de caza que le permite derribar a un enorme búfalo de agua. Aunque los dragones no cazan en manada como los leones, hasta doce ejemplares son capaces de reunirse alrededor de una víctima. Además, un nuevo descubrimiento demuestra que su mordida resulta tan venenosa como la de una víbora. Una única herida en la parte trasera de la pata de un búfalo puede provocarle la muerte.
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