PECES

PECES
Los peces pueden volar, sentir electricidad, nadar a más de 160 kilómetros por hora y hasta caminar en la tierra. Desde el mar abierto hasta los arrecifes de coral y desde las olas agitadas por tormentas hasta los manantiales de agua dulce de Kenia, nada con tiburones, peces del fango y cíclidos convictos. Observa a los "sarcásticos cabeza de flequillo" peleando por sus hogares; caza con los peces vela; planea con los peces voladores; accede al mundo secreto de los dragones de mar; y únete al épico viaje de los diminutos trepadores de acantilados: los gobios.

Los peces son las criaturas vertebradas más variadas y diversas del planeta. Hasta la fecha han sido descubiertas 28.000 especies. La diversidad de peces es increíble y su gama abarca desde machos preñados y peces voladores, hasta ejemplares que alcanzan velocidades máximas superiores a las de un guepardo.

El extraño dragón de mar algáceo habita frente a las costas del sur de Australia. Este pez de colores vivos parece no tener sentido de la propulsión. En la primavera se reúnen los machos y las hembras formando parejas para cortejarse. Cada pareja inicia un baile hasta que finalmente, protegidos por la oscuridad, comienzan a desovar. Extrañamente, los huevos son colocados en la cola del macho. Dos meses más tarde, los jóvenes dragones de mar salen de su cascarón. Con una sacudida de su propio cuerpo, es el propio macho quien ayuda a liberar a sus crías de las cáscaras de los huevos. Una vez cumplido su objetivo, el padre y las crías se marchan por caminos separados.

Otros lazos familiares entre especies de peces duran un poco más. El pez convicto, por ejemplo, es una auténtica rareza. No se sabe de qué se alimentan los adultos de esta especie, ya que nadie ha visto a uno abandonando su madriguera en busca de comida. Comparte su red de túneles con miles de crías, que salen y se alimentan del rico plancton que se encuentra alrededor del arrecife, regresando cada noche para juntarse con su padre en la seguridad del túnel. Se cree que podrían ser ellos los que alimentan de alguna manera al pez adulto, aunque de ser así se desconoce cómo lo hacen.

Ni siquiera el obstáculo natural más increíble parece desalentar a los peces. El gobio de Hawai se las arregla para escalar cascadas (a veces a más de 1.200 metros) usando un disco especial que le permite pegarse a las rocas verticales. Su recompensa en la cima consiste en el acceso a estanques aislados con muy pocos depredadores.

Para escapar de los depredadores, los peces voladores son capaces de irrumpir desde el agua con auténticas "alas" creadas por sus aletas pectorales. Su comportamiento de desove también resulta asombroso, ya que los ejemplares de esta especie se reúnen alrededor de cualquier resto flotante que encuentren. La acción puede resultar tan extrema, que otros peces vivos se entierran en la masa de huevos que los peces voladores colocaron en las hojas flotantes de palma. Finalmente, las hojas se hunden en las profundidades, desencadenando un final abrupto para la acción del desove.

Ver documental

No hay comentarios:

Publicar un comentario